Patinadora Multifacética

BRENDA GOMAR "Adult Skater"

Patinadora Multifacética

Brenda es una mujer que desafía las limitaciones y demuestra que podemos ser todo lo que queramos. Su inspiradora historia comienza a los 7 años, cuando descubrió su pasión por el patinaje, una actividad que le dio propósito a su vida.

El día que cumplió 11 años asistió a una clase de patinaje artístico sobre hielo y, al salir, le dijo a su madre: "Esto es lo mío". Aunque las pistas de patinaje eran difíciles de acceder, Brenda y sus padres no dudaron en madrugar para los entrenamientos. Su dedicación la llevó a ganar competencias a nivel local, estatal y nacional, convirtiéndose en parte de la selección de Nuevo León en patinaje artístico sobre hielo.

Sin embargo, la adolescencia trajo desafíos y Brenda perdió el interés en el patinaje. Comprendió que forzar una pasión solo genera aversión, una lección que muchos padres intentan enseñar a sus hijos. Años más tarde, cuando su hijo recibió unos patines quad a los 4 años y comenzó a hacer trucos guiado por videos de YouTube, Brenda redescubrió su amor por el patinaje. Buscó sus propios patines y empezó a practicar figuras como antes hacía sobre hielo.

A los 30 años, Brenda atravesó una etapa emocionalmente complicada, lidiando con depresión y ansiedad. Se sentía perdida entre sus roles de madre, hija y amiga, pero no se encontraba a sí misma. Su psiquiatra le sugirió hacer actividades que disfrutara, y así retomó el patinaje, esta vez practicando patinaje urbano. Gracias a sus habilidades y conocimientos, comenzó a dar clases a niños en el parque Fundidora.

"Es un arte trabajar con niños, porque en un punto debes tener disciplina, pero también tacto. Haces de todo: coach de patinaje, coach motivacional, hasta de mamá", comenta Brenda.

Descubrió la importancia de hacer lo que amas por diversión, dejando atrás la rigidez de la competencia. Comprendió que en la vida enfrentaremos obstáculos, pero es crucial seguir nuestras pasiones. El patinaje ha sido su salvavidas, algo que no dejará de hacer. En la pista se siente segura, conectada consigo misma, y a sus 41 años sigue patinando con pasión, compartiendo momentos de calidad con sus hijos y transmitiendo importantes lecciones de vida a quienes la rodean.

Brenda enseña a sus alumnos, tanto niños como adultos, a transformar pensamientos como "no puedo" en "sólo hay que trabajarlo, intentarlo y en el futuro seguro se logra". Cree firmemente que cada persona aprende a un ritmo distinto y que, con constancia y esfuerzo, se puede lograr cualquier meta.

Su historia nos recuerda que, con determinación y amor por lo que hacemos, podemos superar cualquier desafío y encontrar la felicidad.

 

Para Brenda:

“Patinar es: la felicidad, es libertad. Conectar conmigo, con otros, con todo”.

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